Este artículo
intenta mostrar los problemas a los que se va a tener que enfrentar el
área de la empresa que se encuentra más en contacto con los
clientes, y que son los que van a sufrir uno de los mayores impactos ante
la aparición de la moneda única como herramienta de comercio.
No han podido ser integradas todas las situaciones, pero al menos se intenta
dar una visión general sobre el impacto del euro sobre el área
marketing: la empresa va a tener que adaptarse, el camino hacia un Mercado
Único va a ser allanado de una forma definitiva con la nueva moneda.
Los mercados nacionales van a seguir existiendo, sin duda, pero van a verse
cada vez más influenciados por otros mercados. También se
recogen posibles propuestas y soluciones a los problemas planteados, pero
cada empresa es un mundo y no se puede generalizar. Afortunadamente ni
las empresas ni los consumidores están solos, puesto que hay profesionales
y asociaciones que les pueden ayudar en su adaptación a la
nueva moneda.
El euro ya está casi
en nuestras manos. En algo más de un mes esta carismática
moneda va a sustituir a la centenaria peseta en nuestros bolsillos. Esta
nueva situación va a ser un desafío para el marketing.
Aunque desde el 1 de enero
de 1999 la peseta ya tenía firmada su sentencia de muerte, a nivel
operativo no ha sufrido una supresión total e inmediata. Desde esa
fecha se ha seguido utilizando como fracción del euro (exactamente
1/166,386 €), pero el euro ha ido tomando posiciones paulatinamente.
La sustitución de pesetas por euros se ha ido realizando poco a
poco y continuará hasta el 28 de febrero de 2002 en que la peseta
ya no será admitida como forma de pago.
La sustitución de
la peseta por el euro ha tenido por el momento un impacto sobretodo a nivel
informático, ya que, al no ser una moneda tangible, simplemente
se debía modificar el valor y la moneda de las acciones, cuentas
corrientes, nominas etcétera, pero sólo era un cambio de
denominación más o menos complicado. Ahora nos encontramos
ante uno de los impactos más importantes, que va a ser la aparición
real (en el sentido de que va a ser una moneda tangible y no simplemente
una cifra en la nomina) del euro. Ésto va a crear una serie de problemas,
desde el punto de vista del marketing en toda su amplitud (aspecto comercial,
compras, ventas, precios, atracción del consumidor potencial etcétera),
al que se deben enfrentar las empresas.
El aspecto comercial no puede
ser simplificado. Hay diferentes entornos comerciales que deberán
acometer distintos problemas ante la aparición del euro (no es lo
mismo vender camisetas en un mercado nacional que engranajes para un mercado
extranjero). Éstos deberán ser solucionados antes de la llegada
del euro. Distintas políticas van a tener que ser previstas para
no encontrarse en una situación de falta de competitividad ante
otras empresas que hubieren previsto y solucionado los problemas
antes del cambio de moneda.
Los distintos entornos que
podemos distinguir como los más generales son:
- Comercio con países
ajenos a la zona euro.
- Comercio con países
de la zona euro.
- Comercio con otras empresas.
- Comercio con el cliente
final.
Además de estos entornos
generales vamos a encontrar algunos problemas agravados con la situación
de la doble circulación de monedas. Aunque va a ser un período
transitorio de apenas dos meses de duración, será necesaria
una adaptación específica. Los problemas a los que nos referimos
son, entre otros, el de las máquinas distribuidoras y la doble caja
pesetas-euros que va a tenerse que llevar durante esta época.
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Los distintos tipos de comercio
ante el Euro
Como se ha dicho antes, el
euro va a afectar en distintos aspectos al comercio, por tanto deben ser
analizados los distintos entornos ante los que se va a enfrentar la empresa.
Comercio con países
ajenos a la zona euro
Éste es el tipo de
comercio que menos va a variar. Puesto que se trata con países ajenos
al euro se debe seguir con los mismos procedimientos y por tanto,
con las mismas incertidumbres y riesgo respecto al tipo de cambio que se
tenía antes de la llegada del euro.
Sin embargo, al tratarse
de la moneda utilizada por una serie de potencias económicas mundiales
como son Francia, Alemania etcétera, va a tener en las distintas
economías una importancia equiparable al dólar americano
en la actualidad. Dicha importancia se contrasta al ver qué moneda
es utilizada para el comercio de distintos elementos cuya importancia es
trascendental para la economía mundial, como por ejemplo el precio
del barril de petróleo; las economías mundiales no sólo
tienen que preocuparse sobre el valor del barril, sino además, de
la situación de su moneda respecto al dólar.
Por ello el auténtico
objetivo de la Unión Europea es dotar a Europa de una moneda que
sea representativa de su mayor integración económica y que
potencie su papel internacional. La Unión Europea es ya la mayor
área económica del mundo, con el 31% del Producto Interior
Bruto, y dispone de la mayor cuota de comercio internacional (1998 Association
for the Monetary Union of Europe).
Comercio con países
de la zona euro
El euro redefinirá
esencialmente el mercado europeo, avanzando un paso más hacia el
mercado único en contraposición a 15 mercados nacionales.
Con ello, se generará un gran número de oportunidades para
las empresas en un entorno que cambia y se internacionaliza rápidamente.
Examinemos brevemente las
distintas etapas que se han sucedido en el comercio de la Unión
Europea desde antes de la aparición del euro hasta su total introducción
que se producirá al comienzo del 2002.
- En un principio el comercio
entre los distintos países necesitaba tener en cuenta los diferentes
tipos de cambio, cuya incertidumbre aumentaba el precio de los productos,
además de los costes de las comisiones de los bancos por hacer el
cambio de divisas. Ambos incrementos en los costes producían una
perdida de competitividad que perjudicaba la implantación en otros
mercados distintos del nacional.
- Durante la época
en la que nos encontramos ahora se ha suprimido una parte del problema,
pero no todo; la incertidumbre sobre el tipo de cambio con los países
de la zona euro ha desaparecido, ya que éste es fijo, pero todavía
no hay plena facilidad para ver cuál es el precio de un producto
en otra moneda de la zona euro; se debe realizar la triangulación
(pasar el precio del producto de la moneda nacional a euros y después
de euros a la moneda del país donde se quiere vender el producto,
preferiblemente operando con más de tres decimales para no tener
un redondeo perjudicial), y además sigue existiendo la comisión
por el cambio de moneda que agrava los costes.
- La última fase,
con el euro totalmente operativo, permitirá la transparencia de
precios, y además, los costes inherentes al cambio de monedas serán
suprimidos totalmente, con lo cual se reducirán los costes, llevando
a una mejora del producto o reducción de los precios. Ésto
afectará a las exportaciones, importaciones, inversiones directas,
alianzas etcétera.
Las exportaciones serás
más baratas por la reducción tanto de los costes originados
por el cambio de moneda, como de aquellos derivados de tener que hacer
una lista o catálogo para cada país, puesto que los precios
serán indicados siempre en euros, permitiendo realizar economías
de escala y su consecuente reducción de precios.
La competitividad de las
empresas será puesta a prueba ya que, a causa de la transparencia
de precios al trabajar con la misma moneda, se podrán examinar todos
los precios de los distintos países de la zona euro y acudir a aquellas
empresas dónde los costes sean más bajos, haciendo que las
empresas menos competitivas se esfuercen por serlo o desaparezcan.
Comercio con otras empresas
Las empresas que comercian
con otras se van a encontrar ante problemas que pueden afectar su competitividad
si no logran adaptarse de forma adecuada.
Para estas empresas las técnicas
de marketing como la utilización de precios psicológicos,
imagen de marca etcétera apenas funcionan. Aquí el consumidor
es otro profesional que conoce las características de lo que busca
y que quiere reducir dentro de lo posible sus costes, con lo que pequeñas
variaciones de precios en productos de características similares
le van a hacerse decantar por aquel que ofrezca un precio inferior.
Vamos a examinar la situación
con un ejemplo: supongamos una empresa que comercializa en pesetas productos
con un precio bajo y que son adquiridos en un gran número; por ejemplo
tornillos. Si los tornillos tienen un precio de 26 pesetas, al dividir
por 166,386 da un resultado de 0,156263147. Si se aplica la técnica
del redondeo a dos decimales sería 0,16 € y esto en pesetas
es 26,62 ptas. lo cual supone un incremento del 2,38%, que puede suponer
la diferencia entre vender o no el producto. AECOC propone una solución
en su documento “Recomendaciones AECOC para la introducción del
euro”.
Para solucionar este problema
se aplican, entre otros, el principio del redondeo de la suma y no la suma
de los redondeos y el de operar usando tres decimales tanto para el precio
del producto como para la aplicación del IVA, como es permitido
y nos recomienda AECOC. Siguiendo con el ejemplo anterior, supongamos la
venta de 10.000 unidades, redondeando sería 1600 € y al aplicar
el 16% del IVA resulta un precio final de 1856 €. Si se hubiesen aplicado
los tres decimales tendríamos que 1560,0 € y aplicando el 16%
del IVA 1809,6 €, que son 46,4 € menos para 10.000 unidades.
Si la empresa trabaja con millones de tornillos puede llevar a diferencias
muy importantes.
Comercio con el cliente final.
El cliente final es el más
influenciado por las técnicas de marketing, orientándose
las más numerosas estrategias comerciales para lograr atraer su
atención sobre el producto que se le quiere vender. Con él
las técnicas de atracción por la marca del producto etcétera
son las más efectivas, pero también, sobre todo en los productos
que no han logrado adquirir una presencia en el subconsciente del cliente,
existe la necesidad de utilizar otras técnicas, como el precio psicológico
u otras que toman como referencia básica el precio. Un consumidor
de Coca Cola, Nike etcétera adquirirá esos productos sin
tener en cuenta que su conversión en euros sea más o menos
atractiva, pero aquellos productos que basan su política de marketing
en los precios psicológicos se van a ver afectados de forma muy
importante. Supongamos un lote de 5 pilas cuyo punto fuerte es la utilización
del precio psicológico 199 pesetas, analizando su equivalencia en
euros son 1,19€; ya ha perdido parte de su atractivo al dejar de ser
un producto que “no llega a 200 pesetas”. La AECOC nos dice que va a haber
una perdida, al menos inicialmente de la relevancia del concepto precio
como elemento competitivo, y aconseja focalizar la estrategia hacia otras
variables competitivas, como servicio al cliente, calidad etcétera.
Sin embargo el atractivo
del precio psicológico es muy importante, por lo que se deben estudiar
medidas para poder alcanzar de nuevo precios psicológicos sin incrementar
su valor anterior a la llegada del euro. En el caso anterior se podría
estudiar la posibilidad de modificar el embalaje para que, en vez de ser
un lote de 5, sea un lote de 8, por ejemplo, y subir a otros precios psicológicos
como 1,90 €. Dichos cambios se deben analizar cuidadosamente para
que no produzcan problemas en los palets, u otros métodos de transporte.
Otra posibilidad es la que
ha realizado una conocida marca de productos del hogar que algunos meses
antes de la utilización común del euro, ha sacado un producto
cuyo precio ya viene indicado en dicha moneda, y su publicidad lo destaca
indicando que “sólo cuesta 2 €”. La comercialización
durante estos meses anteriores al euro puede provocar cierto problema,
pero aunque su precio en pesetas sea poco atractivo (332 pesetas), ya tiene
la idea de venta en euros con un precio no psicológico, pero si
atractivo al ser una cifra redonda, y además su packaging ya está
adaptado.
Otro desafío, que
más que desafío es incomodidad al tener que realizar trabajo
extra para adaptarse, es el etiquetado de los productos. Hay cuatro tipos
bien diferenciados de etiquetas que han sido o van a ser utilizadas: Inicialmente
la etiqueta en pesetas (ya prácticamente obsoleto, pero era el que
se solía usar al principio de la entrada del euro en 1999), después
se fue introduciendo la etiqueta que lleva el precio en pesetas en grande
y en pequeño su equivalencia en euros, ahora se está introduciendo
las etiquetas en euros y en pequeño en pesetas, y a partir de la
entrada efectiva del euro en nuestros hogares será la etiqueta con
el único precio expresado en euros.
Las empresas que realizan
sus ventas a través de máquinas expendedoras, o cuya actividad
principal está relacionada con las máquinas recreativas,
tendrán que adaptarse para que acepten y reconozcan durante los
primeros dos meses del 2002 euros y pesetas y que después sólo
acepten euros.
Otro desafío a nivel
comercial es el principio de que durante los dos primeros meses los comercios
pueden cobrar tanto en euros como en pesetas, sin poner restricciones a
ello. Esto hará recomendable, para no sufrir errores, la utilización
de doble caja, (una en pesetas y la otra en euros), o facilitar en los
mismos establecimientos el cambio de pesetas a euros para así fomentar
que se les pague en euros y trabajar con caja sólo en euros.
Apoyo ante el euro
Las empresas (sobretodo las
más vulnerables, que son las pymes) no están solas ante este
desafío. Además de las instituciones (tanto nacionales como
europeas), ha habido algunas empresas, asociaciones y consultoras que han
estado analizando los problemas del euro para encontrar soluciones antes
de la llegada del mismo, y para dar consejo de cara a una mejor adaptación.
Estas propuestas han tenido dos enfoques distintos: por una parte las que
quieren proteger a los consumidores ante las actuaciones de las empresas
que aprovecharán la llegada del euro para modificar sus políticas
de marketing realizando, por ejemplo, incrementos del precio inexplicables
desde el mercado; y por otra parte aquellas que lo que hacen es aconsejar
a las mejores empresas para una mejor adaptación.
Ante la llegada del euro
para poder seguir como es debido los cambios necesarios, fue aprobado
un texto el 3/12/98 con el nombre Código de buenas prácticas
para la mejor adaptación a la implantación del euro, que
propone lo que se puede resumir en un decálogo para una mejor adecuación
que no perjudique a los consumidores, fomentando la transparencia y la
asistencia a los consumidores.
Sus puntos básicos
son:
1.- Compromiso de información.
2.- Compromiso de formación
del personal.
3.- Compromiso de la seguridad
en la conversión.
4.- Compromiso de redondeo
en la cifra final.
5.- Compromiso de la doble
indicación de precios.
6.- Compromiso de devolver
los cambios en euros.
7.- Compromiso de continuidad,
mantenimiento y no discriminación.
8.- Compromiso de atención
personalizada al consumidor o usuario.
9.- Compromiso de difusión
del Código.
10.- Compromiso de revisión.
El consumidor es el que puede
verse más afectado ante los cambios del euro pues, al tratarse de
un individuo aislado, no tiene poder de mercado y no sabe si se está
realizando una política correcta o si por el contrario se le está
estafando. Por ello existen entidades que tratan de protegerlos, que tienen
más poder que los individuos aislados y conocen la legislación
vigente. Algunas de estas son OCU (organización de consumidores
y usuarios) y AVACU (asociación valenciana de consumidores y usuarios).
La llegada del euro y su incertidumbre al menos en los primeros momentos
de su adaptación real, va a hacer necesario un apoyo sobre estos
colectivos.
Además de las consultoras,
cuya actividad principal es la asistencia a las empresas, cabe destacar
el trabajo realizado por la AECOC (Asociación Española de
Codificación Comercial), que encomendó a un grupo denominado
“comité Euro” compuesto por veintidós de las más importantes
empresas y asistido por Arthur Andersen, la redacción de un documento.
Dicho documento se denomina Recomendaciones AECOC para la introducción
del Euro y en él se encuentra la elaboración y aprobación
de recomendaciones a fabricantes y distribuidores para una eficaz adaptación
a la moneda única. Lo que este documento hace es localizar los distintos
problemas que puede acarrear la llegada de la moneda única en las
distintas áreas de la empresa y dar recomendaciones para solucionarlos.
En este artículo se ha tratado sólo de algunas de sus recomendaciones
en el aspecto comercial, y otras relevantes del marketing, pero el documento
abarca todas las áreas de la empresa.
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