Número 187 - 2ª Quincena Julio de 2000.

EL COLEGIO RINDE HOMENAJE A LOS COLEGIADOS DEL '75'
Cerca de 250 personas se congregaron en la Cena Anual de Economistas que se celebró el pasado 23 de junio y en la que se rindió homenaje a los colegiados que cumplieron 25 años de vinculación con el COEV. El encuentro estuvo salpicado de recuerdos hacia aquel año tan decisivo para la historia de España, 1975, en el que se produjo la muerte de Franco y el inicio de la 'transición pol’tica', como recordara  en su discurso el decano, José Ortega, quien agradeció a los homenajeados su colegiación "en tiempos tan dif’ciles".

Pepa Terrada, del equipo de psicólogas del Area de Empleo del COEV, fue la encargada de conducir el acto, en sustitución de Inmaculada Zafrilla, que se incorporará al Colegio en el mes de septiembre tras su maternidad reciente. Con pulcritud y buen ritmo, se dirigió a los asistentes tras finalizar la cena que se celebró en el Club de Tenis Valencia, cediendo la palabra al decano del Colegio, José Ortega, quien pronunció un discurso en el que la referencia a los tiempos dif’ciles por los que atravesaba España, y el propio Colegio, en aquel 1975, estuvo presente (más información, en la página 3 de este ejemplar). Tras sus palabras, fue  entregando personalmente las menciones honor’ficas a los compañeros que cumpl’an sus 25 años de colegiación, en nombre de los cuales habló Xavier Sierra, quien, en una alocución muy elaborada y en perfecto valenciano, describió la evolución experimentada en estos últimos 25 años, no sólo en los planes de estudio sino en las herramientas técnicas  y en la diversa consideración de los sectores económicos de entonces y los de ahora.
Con posterioridad, Rafael Alonso -que fue literalmente 'obligado' a salir por la iniciativa de algún incondicional- intervino con unas palabras muy entrañables, agradeciendo "el trabajo de aquellos compañeros que han hecho posible que el Colegio sea cada vez más grande y ofrezca mejores servicios a sus colegiados".
Finalmente, el decano fue recorriendo diversas mesas donde siempre encontró una 'mano inocente' que descubriera el número de sorteo de los obsequios que diversos colaboradores del Colegio cedieron amablemente para esta ocasión.

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