Tuve el honor de
escribir en estas mismas páginas con motivo de la publicación
del número 100 de ECONOMISTES, coincidiendo con el 25 Aniversario
de la creación de nuestro querido Colegio valenciano, brindándoseme
de nuevo la oportunidad con motivo de la aparición del número
200, entre cuyos lectores se encuentran también, no solo los economistas
valencianos, sino otros muchos del resto de España y los responsables
de las instituciones económicas de la Comunidad Valenciana.
Al llegar al 200 debemos
felicitar doblemente al Colegio y a sus Juntas de Gobierno que ha conseguido
que ECONOMISTES acuda puntualmente a su cita quincenal durante otros cuatro
años.
La revista del COEV es un
reflejo más del buen hacer del Colegio de Economistas de Valencia,
que es, entre los Colegios de mayor dimensión, el que mejor ha superado
en los últimos años la crisis de colegiación que afrontamos,
contando en la actualidad con más de 3.700 colegiados. Sin duda
ello se debe a la calidad de los servicios que ofrece a sus miembros.
Y es que realizar una oferta
atractiva, tanto para los recién licenciados como para los economistas
que fielmente permanecen en nuestros Colegios, hermandad de profesionales
que somos, es el primer reto de todos los Colegios de Economistas.
Los cerca de 45.000 economistas que existen en España no se deriva
de la imposición coactiva de una norma sino de la libre y voluntaria
afiliación de los mismos a nuestras organizaciones profesionales,
enmarcados en los postulados de la libre competencia.
El Colegio de Economistas
de Valencia se ha caracterizado, a lo largo de su ya dilatada existencia
-no nos olvidamos que este año celebrará el treinta aniversario
de su constitución el 28 de junio de 1971- por haber sido pionero
en numerosos proyectos, que ha desarrollado con éxito, por la solidez
de sus planteamientos y el convencimiento de sus ejecutores de que un colegio
profesional moderno ha de ser también prestador de servicios a sus
miembros y a la Sociedad de la que formamos parte.
En esta línea, si
repasamos las cabeceras de los últimos cien números, nos
encontramos con experiencias como la edición del libro “25 años
de historia”, memoria de la vida del Colegio de Valencia que permite recordar
las inquietudes del pasado, las actividades y personas que han influido
en el devenir del Colegio.
La entrega anual del título
de Economista a los nuevos colegiados, en un acto que sirve para afirmar
la identidad del colectivo y la vinculación de sus miembros al Colegio,
pero también para proyectar a este a la sociedad valenciana, mejorando
la imagen de la profesión, es otra tradición ya en el COEV.
La incorporación
de las nuevas tecnologías tanto en la gestión colegial como
ofreciendo a los colegiados nuevos servicios de este tipo, siendo
el primer colegio que puso a disposición de sus miembros la conexión
a Internet gratuita y el servicio de correo electrónico, ha sido
otro de sus aciertos.
Muy dura ha sido la lucha
de la dirección del Colegio valenciano por mantener la plenitud
de sus competencias profesionales fijadas en el Estatuto Profesional de
Economista y en los propios estatutos del Colegio, frente a la voracidad
de otros colectivos profesionales sin identidad clara, que sólo
encuentran una manera de reafirmarse invadiendo nuestras propias competencias.
Desgraciadamente los ataques
a nuestra profesión y a las propias corporaciones que la representamos,
no sólo proceden de asociaciones e institutos sustancialmente desdibujados
y obsoletos con el paso del tiempo, cuya actuación principal se
centra en alguna concreta actividad profesional del economista, sino también
de organizaciones colegiales con competencias distintas y distantes a las
nuestras que ahora pretenden asumir alguna de las establecidas para los
economistas, y cuyos profesionales que lo integran adolecen de la más
mínima formación en la materia, en evidente perjuicio del
consumidor y en definitiva de la Sociedad a la que deben servir.
El éxito del COEV
en la defensa de su propia identidad se ha visto reconocido en la reciente
sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana
que inequívocamente afirma la exclusividad de la colegiación
en nuestros Colegios de Economistas de los nuevos licenciados en dirección
y administración de empresas, frente a la injusta pretensión
de otro colectivo profesional.
El claro posicionamiento
del COEV en contra de la creación de un Colegio de Censores Jurados
de Cuentas en la Comunidad Valenciana, que seguiría miméticamente
el precedente creado por la Generalidad de Cataluña, cuya ley de
creación ha sido impugnada con firmeza por el Gobierno de la Nación
ante el Tribunal Constitucional, y también ante los Tribunales por
las organizaciones de los economistas y de los titulados mercantiles, sin
duda habrá ayudado a contrarrestar y evitar tan inoportuna iniciativa
legislativa.
Aprovecho esta ocasión
para destacar que en el momento actual, tanto el Consejo como sus organizaciones
colegiales, están inmersos en un nuevo proceso de servicio a la
Sociedad, prestigiando a la profesión en el ámbito judicial,
donde muchos economistas desarrollan sus actuaciones profesionales. En
primer lugar, la puesta en marcha del recientemente creado Registro de
Economistas Forenses, órgano especializado no representativo de
carácter técnico del Consejo, que al día de la fecha
augura una buena acogida al pasar ya de mil doscientos los economistas
preinscritos en el mismo. En segundo lugar, el envío por los Colegios
de las listas de economistas que desean actuar como peritos ante los Juzgados
en materia civil, de acuerdo con lo establecido en el articulo 341 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil, que prioriza las listas presentadas por los
Colegios sobre las presentadas por otras entidades como asociaciones e
institutos.
Quiero concluir estas líneas
agradeciendo nuevamente al Colegio de Valencia la colaboración y
el apoyo que siempre han prestado al Consejo que presido, y desear a la
Junta de Gobierno recientemente elegida que continúe en la línea
de buen hacer que siempre ha caracterizado a su Colegio.