Número 140 - 1ª Quincena Mayo 1998.  
VICENTE PAYA: "UN 15% DE LAS DEVOLUCIONES DEL 
IRPF 97 SE PREVÉ REALIZARLAS EN JUNIO "
 
 
EC. Hace aproximadamente año y medio que ocupa el cargo de Delegado de la AEAT en Valencia ¿cuáles son los principales problemas con que se ha encontrado?

VICENTE PAYA. Más que problemas yo diría que retos. Estamos tratando de cambiar el talante y la imagen de la Agencia Tributaria, mejorando el clima de relación que tenemos con los contribuyentes y profesionales e intensificando las relaciones con el resto de organismos e instituciones, para lo que tanto yo mismo como los que me rodean hemos hecho un gran esfuerzo. Los resultados en ese sentido creo que han sido buenos y palpables en la sociedad valenciana.

Además, y a nivel interno, se ha trabajado mucho en lograr una integración real y efectiva de los distintos servicios, con resultados que hay calificar de muy positivos.

EC. ¿Cuáles son las líneas fundamentales que marcarán su actuación futura?.

V.P. Ante todo, y teniendo presente en todo caso la importante misión de combatir el fraude, hay que profundizar en la imagen de transparencia y de servicio público que debe de ofrecer la Agencia Tributaria.

En estos momentos tenemos ante nosotros, recién aprobado, un Plan deModernización muy ambicioso en que estamos involucrados todos los que desarrollamos nuestra labor profesional en la Agencia Tributaria, y que nos va a introducir en un proceso de cambio que va a marcar necesariamente las líneas de actuación.

Otros hitos o referencias importantes son la adaptación que ya se está produciendo a la reciente regulación de los derechos y garantías (el llamado Estatuto) del contribuyente, las modificaciones que a medio plazo se van a derivar de la aplicación del nuevo impuesto sobre la renta, que va a incidir profundamente en nuestra actividad, y la incorporación del euro, tema en el que necesariamente vamos a tener un papel destacado.

Estamos en definitiva en un época de profundos y continuos cambios, que van a requerir toda nuestra atención para lograr responder a lo que se espera de ellos.

EC. Para algunos profesionales, la Ley de Derechos y Garantías de los Contribuyentes se ha quedado en una reforma “light” ¿está usted de acuerdo?.

V.P. Sé que es una crítica que se ha hecho a la reciente Ley. No obstante, quiero resaltar que se han introducido en la misma importantes reformas que el tiempo va a ir poniendo de manifiesto, en especial con el inminente desarrollo reglamentario de los principios generales de relación que se definen.

Para la Agencia Tributaria suponen en cualquier caso cambios de indudable trascendencia en el desarrollo de su actividad, y en este sentido destacar a título de ejemplo la limitación en la duración de las inspecciones, la necesidad de expediente separado en la imposición de infracciones graves en vía de inspección, la no posible enajenación de bienes y derechos embargados hasta que la liquidación adquiera firmeza, la suspensión automática de la ejecución de las sanciones sin necesidad de garantía cuando se interponen recursos o reclamaciones y el acortamiento del plazo de prescripción.

Además, alguna de las medidas que en la Ley se contienen quizás han pasado algo desapercibidas, al haber sido anticipadas por normas anteriores. Este es el caso de las devoluciones a los contribuyentes, en que se ha acortado con carácter general el plazo para efectuarlas, automatizado el pago de intereses (que ya no hay que solicitar) y subido el importe de los mismos (pago de interés de demora en lugar de interés legal); y que siendo una medida inspirada en la Ley deDerechos y Garantías, se incorporó meses antes a la Ley de Acompañamiento de la de Presupuestos para 1998 (Ley 66/1997, de 30 de diciembre), aplicándose de forma casi inmediata a las devoluciones correspondientes al IRPF de 1996.

EC. En su opinión ¿qué cambios deberían todavía producirse en la relaciones Hacienda Pública-Contribuyente?.

V.P. Los cambios deben suponer la asimilación por todos de las importantes reformas que están en marcha, tarea en la cual debemos esforzarnos especialmente. Debemos avanzar por ejemplo en la singularización de los problemas, en la claridad en nuestros escritos, en la reducción de plazos en la resolución de expedientes o en facilitar el que los contribuyentes puedan relacionarse con nosotros sin necesariamente desplazarse a nuestras oficinas (básicamente a través de la utilización de vías informáticas, cajeros...).

Otros cambios importantes son los derivados de la mayor colaboración que necesariamente se va a producir con las Comunidades Autónomas en materia de asistencia y lucha contra el fraude.

EC. ¿No considera que los profesionales reciben un trato desigual con las actuales retenciones a cuenta sobre facturación?.

V.P. Sé que es un tema polémico, y cuya incidencia va a ser muy desigual, en función de la importancia de los gastos que tenga cada profesional. Quiero resaltar que entre las modificaciones que se acaban de producir, y junto al aumento del porcentaje de retenciones, existen otras que benefician claramente a los profesionales, como son el que con carácter general se les libere de realizar pagos fraccionados (regla del 70%) y en especial la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio para el ejercicio 1998 de los bienes y derechos afectos a actividades profesionales (tanto si la actividad se ejerce directamente como indirectamente a través de entidades, y con los requisitos que se establecen en la Ley).

EC. ¿No resulta igualmente discriminatorio el trato de las sociedades mercantiles de profesionales frente a las de los empresarios, al someterlas a transparencia fiscal?.

V.P. La renta percibida es gravada en general de forma diferente según su naturaleza, por lo que siempre existen situaciones en que se producen beneficios o perjuicios comparativos, que dependen frecuentemente de la situación particular de cada uno. Lo cierto es que la tributación por transparencia de las sociedades de profesionales es algo que el legislador ha ido consolidando en las últimas modificaciones normativas, y que no está previsto se modifique.

EC. ¿Podría resumir brevemente las principales novedades que presenta la liquidación del IRPF de este año?.

V.P. Al margen de diversas novedades puntuales que se han producido al igual que ha sucedido otros años, hay dos de especial importancia, que marcan diferencias sustanciales en la estructura de liquidación.

Una de ellas es la cesión parcial del impuesto a la Comunidad Autónoma, que motiva el necesario cálculo de cuotas diferenciadas (estatal y autonómica), con procesos de liquidación paralelos.

La otra consiste en el nuevo sistema de integración y compensación de rentas y de gravamen de las rentas irregulares, que suponen cambios importantes respecto al sistema anterior.

En cuanto al desarrollo de la campaña, hay que destacar la posibilidad que se ha ofrecido a los contribuyentes de solicitar y obtener la información que de ellos tiene la Agencia, lo que va a facilitar en gran medida el hacer las declaraciones y el que se produzcan menos errores, constituyendo un avance de lo que el día de mañana podría transformarse en la confección de declaraciones directamente por la Agencia Tributaria.

También citar el gran desarrollo que se ha efectuado de los programas informáticos que ofrecemos y que permiten confeccionar declaraciones en papel blanco, mucho más potentes que los anteriores y que en versión windows permiten ya utilizar impresoras de inyección, así como el gran esfuerzo que vamos a hacer en las devoluciones, estando previsto que en el propio mes de junio (aún dentro del plazo de presentación de declaraciones) se devuelva un porcentaje superior al 15%.

EC. Respecto al proyecto de Ley sobre el IRPF ¿en qué principios básicos se asienta la reforma? ¿cuándo entrará en vigor? ¿realmente saldrán beneficiados todos los contribuyentes? ¿supondrá el nuevo impuesto una reducción del fraude fiscal?.

V.P. Estamos ante un impuesto que previsiblemente entrará en vigor el 1 de enero de 1999, que asume la importante reforma en la tributación de las pymes que se ha producido en 1998, y que tiene como uno de sus objetivos prioritarios el de la reducción de la presión fiscal, con especial incidencia en determinados colectivos como el de perceptores de rendimientos del trabajo, rentas bajas y familias.

Evidentemente no se puede afirmar que todos los contribuyentes van a salir beneficiados, pero del planteamiento del impuesto se desprende que sí va a reducir la factura fiscal para la generalidad.

Otros objetivos importantes del nuevo Impuesto son el lograr una mayor sencillez y modernidad, acercándolo a planteamientos más acordes con nuestro entorno europeo (se introduce por ejemplo el concepto de mínimo vital y familiar para que sea objeto de gravamen únicamente la renta disponible), así como disminuir la llamada presión fiscal indirecta, suprimiendo la obligación de declarar para gran cantidad de contribuyentes, básicamente en el ámbito de los rendimientos del trabajo.

La disminución del número de declarantes va a suponer el que se libere una importante cantidad de medios materiales y humanos en la Agencia Tributaria, que van a poder ser destinados a la lucha contra el fraude.

EC. El pasado 22 dfe abril se publicó una nueva Ley de IVA que modifica la Ley 37/92, ¿qué reformas legislativas quedan pendientes?.

V.P. Estamos en una época en la que las modificaciones normativas puntuales como a la que se ha hecho referencia son frecuentes. Las reformas más importantes a corto plazo son las derivadas de la modificación de la Ley del IRPF y de la materialización de la corresponsabilidad fiscal de las Comunidades Autónomas.

Y aunque no se trata propiamente de una reforma legislativa, también destacaría el desarrollo de la Ley de Derechos y Garantías del Contribuyente, que se va a traducir por ejemplo en nuevos Reglamentos para los servicios de Inspección y Recaudación.

EC. En los últimos años y, en gran parte gracias a los avances informáticos, la AEAT ha mantenido unas relaciones más fluidas con los profesionales, ofreciéndoles servicios específicos. ¿Podría detallar estos servicios e indicar cuáles están en estudio?.

V.P. Partimos del reconocimiento a la gran labor que están desarrollando los colectivos de profesionales de la asesoría fiscal, entre los que ocupan un lugar destacado los economistas.

Ello se ha traducido en la firma de Convenios de Colaboración entre distintos colectivos y la Agencia Tributaria, que tratan de facilitar el desarrollo de la labor profesional y en especial el simplificar en lo posible su trabajo.

Se podrían citar como ejemplos de servicios concretos la posibilidad de obtener etiquetas de los clientes en los propios despachos o la atención personalizada en las Administraciones de la Agencia en momentos de congestión de los servicios (fin de plazos trimestrales, campaña de renta...), pero lo que creo más importante es la actitud ante un proceso vivo en que estamos dispuestos a avanzar y en el que tienen mucho que decir los propios profesionales, a través de sus representantes, en contactos con los de la Agencia.

Teniendo en cuenta que nos guía la idea de servicio público, creo que existen muchos puntos en que se pueden dar coincidencia de intereses entre la Agencia y los profesionales, y donde tenemos un planteamiento totalmente abierto para ir desarrollando los Convenios suscritos o que se vayan suscribiendo.
 

 

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