Número 143 -  2ª Quincena Junio 1998.  
HISTORIA DE UNA MONEDA ÚNICA
 
(*) Francisco Cerezo

Haciendo un poco de historia, la idea de moneda única es tan antigua como el Tratado de Roma de 25 de marzo de 1957 por el que nació la Comunidad Económica Europea (CEE), donde implícitamente estaba recogida la unión económica como paso previo a la unión política, se ponía de manifiesto la conveniencia de cierta uniformidad de las politicas y se establecía la creación del Comité Monetario para fomen tar la coordinación en las políticas monetarias de los  Estados miembros. En la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros del Mercado Común bre de 1969, se le encarga un informe al Primer Ministro y ministro de Hacienda de Luxemburgo Pierre Werner, para estudiar la evolución de la Comunidad hacia una Unión Económica y Monetaria.

El Informe Werner recomendaba una armonización de las políticas económicas con objeto de mejorar el funcionamiento del mercado común, proponiendo la implantación de una moneda única para los países de la Comunidad Económica Europea en un plazo de diez años, en 1980. En dicho informe ya se preveía un sistema de bancos centrales para la Comunidad Económica Europea similar a la Reserva Federal de EE.UU. Pero este proceso se ve interrumpido por la inconvertibilidad del dólar en 1971, posteriormente, en 1972 se llega al acuerdo monetario de la serpiente monetaria, estableciéndose unos márgenes de fluctuación frente al dólar y una vinculación de las monedas entre sí. Llega la crisis del petróleo en 1973, produciéndose numerosas devaluaciones y revaluaciones, así como salidas del mecanismo de estabilidad cambiaria y la idea de la Unión Monetaria tiene que aparcarse.

El 12 de marzo de 1979 se crea el Sistema Monetario Europeo (SME) fruto del perfecto entendimiento del eje Paris-Bonn representado por el presidente francés Valery Giscard d'Estaing y el canciller alemán Helmut Schmidt. El objetivo prioritario del SME era conseguir una zona de estabilidad monetaria en Europa para facilitar el buen funcionamiento del mercado común. Los elementos princinales del SME son el ECU (European Currency Unit o Unidad Monetaria  Europea)  que opera como unidad de reserva e instrumento de liquidación, el mecanismo de tipos de cambio e intervención (MCI), y el Fondo Europeo de Cooperación Monetaria (FECOM), ya disuelto y cuyas competencias fueron traspasadas al Instituto Monetario Europeo (IME). El ECU es una cesta de monedas de la Comunidad Europea aunque no estén integradas en el mecanismo de tipo de cambio e intervención del SME, cada moneda participa en el ECU en un porcentaje que se fija en función de la población, del PIB y de su peso en el comercio intracomunitario.

La aprobación del Acta Unica, en 1987, supuso un paso más en el proceso de la Unión Económica y Monetaria, fomentando la cooperación de las políticas económicas.

En 1989, en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Madrid se presenta el Informe Delors donde se evalúan las ventajas de operar con una moneda única en un mercado único, cifradas en un 0,4% PIBUE-l2, y se decide iniciar la UEM, estableciéndose tres etapas para su consecución.

Finalmente en 1991 se aprueba el Tratado de la Unión Europea más conocido como Tratado de Maastrich, donde están recogidos los Criterios de Convergencia que deben cumplir los paises que accedan a la moneda única para que sean homogéneos en términos macroeconómicos (inflación, tipos de interés nominales a largo plazo, déficit público, deuda pública y estabilidad monetaria).

En junio de 1992 los daneses en referéndum rechazan el Tratado de Maastrich.

Las turbulencias de los mercados de divisas desde septiembre de 1992 hasta agosto de 1993 hacen peligrar el futuro de la UEM cuyas consecuencias fueron el ensanchamiento de las bandas de fluctuación del mecanismo de tipo de cambio e intervención del SME del + 2,25% respecto al tipo central (ó% para España, Italia y Gran Bretaña) al + 15%, lo que desvirtúa el SME como mecanismo de convergencia de tipos de cambio, así como la salida del SME de la lira italiana y la libra esterlina y la devaluación de las monedas periféricas frente al marco alemán.

En 1993 entra en vigor el Acta Unica, haciéndose realidad un mercado único dónde pueden circular libremente personas, mercancías, servicios y capitales.

En enero de 1994 se inicia la segunda fase de la UEM, creándose el Instituto Monetario Europeo, futuro embrión del Banco Central Europeo.

En enero de 1995 se incorporan a la UE, Austria, Finlandia, Noruega y Suecia.

Superada la crisis económica se llega hasta diciembre de 1995, donde se celebra la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Madrid, aprobándose el calendario de la tercera fase de introducción de la moneda única, a la que se le dio el nombre de euro.

Esta fasse respeta el calendario del Tratado de Maastrich, cuya última fecha de introducción era el 1 de enero de 1999. E1 euro sería una realidad el 1 de enero de 1999 pero no circularía hasta el 1 de enero del 2002.

En diciembre de 1996 el Consejo Europeo de Jefes de Estado y de Gobierno celebrado en Dublín aprueba el estatuto jurídico del euro, el nuevo SME-BIS o Nuevo Mecanismo de Tipos de Cambio (NMTC) y los diseños de los billetes del euro.

E1 16 y 17 de junio de 1997 en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Amsterdam se aprueba el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para asegurar la sostenibilidad de la convergencia, comprometiéndose los Quince a no superar déficits públicos superiores al 3% del PIB. Francia, con su Primer Ministro socialista Lionnel Jospin estuvo a punto de vetar el acuerdo si no se llevaban a cabo políticas contra el desempleo, por lo que se convocó en diciembre de 1997 la Cumbre Extraordinaria de Luxemburgo sobre el empleo. Cada Estado miembro se comprometió a presentar unos planes de empleo para luchar contra el desempleo.

Y llegamos al año 1998 (Etapa A de la Tercera Fase de la UEM), el 28 de febrero los Estados miembros presentan a la Comisión los datos definitivos de sus contabilidades nacionales. E1 25 de marzo, la Comisión hace público el informe de convergencia y la recomendación de los países que pueden integarse en el euro. El 30 de abril de 1998 el Parlamento Europeo aprueba el informe de convergencia para la moneda única con 402 síes y 79 noes. E1 Parlamento además pide que la política monetaria de la zona euro tenga en cuenta los diferentes ciclos económicos nacionales, ya que una subida hipotética de los tipos interés a corto plazo por parte del BCE puede afectar más a unas economías que a otras. Afectaría menos a Alemania y los países del área del marco que a países como España, Francia, Italia y Portugal.

Asimismo el Parlamento Europeo sugiere afrontar las crisis o shocks asimétricos que puedan afectar a sectores económicos determinados de unos países determinados y a otros no, aunque sin llegar a prever fondos especiales con este fin.

La Eurocámara además recomendó a los jefes de Estado y de Gobierno no repartir el mandato de ocho años que debe desempeñar el presidente del BCE, y pidió a los Quince que presentaran un único candidato.

E1 1 de mayo de 1998 la reunión del ECOFIN (Consejo de ministros de Economía y Hacienda de la UE) en Bruselas prepara la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, concluyendo:

· Que Italia y Bélgica (sin ser nombrados) tendrán que tomar medidas adicionales tendentes a reducir su elevado stock de deuda pública (doble del 60% del PIB fijado en Maastrich).

· Que si las condiciones económicas lo permiten se debe intentar llegar al objetivo de un presupuesto casi equilibrado.

· Que los Euro-11 tendrán que presentar los planes de estabilidad antes de fin de año, y no en el primer trimestre de l999 y discutir juntos sus intenciones presupuestarias.

El 2 de mayo en la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Bruselas nace oficialmente el Euro, accediendo a la Unión Económica y Monetaria los once países previstos (Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal) mientras que queda fuera Suecia, quien no quiere acceder a la moneda única para no recortar su Estado del Bienestar, Dinamarca y Gran Bretaña que se autoexcluyen con la cláusula opting-out (reservándose el derecho a entrar en el euro aunque cumplan los criterios de convergencia) y Grecia que no cumple ningún criterio aunque ha hecho un gran esfuerzo y se ha comprometido con un plan de convergencia a acceder en el 2001 al euro. Por lo tanto se ha apostado por una unión amplia, aunque se han relajado las condiciones de acceso a la moneda única o criterios de convergencia.

El nacimiento del euro se vio ensombrecido por la pugna entre Francia y Alemania para nombrar el futuro presidente del Banco Central Europeo (BCE), la institución que controlará la política monetaria. Será presidente del BCE el actual titular del Instituto Monetario Europeo (IME), el holandés Wim Duisenberg durante los cuatro primeros años de un mandato de ocho y los últimos cuatro será el francés Jacques Trichet, actual gobernador del Banco de Francia. A mi juicio, esta solución política no ha sido la más adecuada. No se ha tenido en cuenta las recomendaciones del Parlamento Europeo y del Bundesbank de no dividir el mandato del presidente del BCE, además se incumple el Tratado de Maastrich que lo prohibía formalmente. Por ello la independencia del BCE estaría en entredicho. Sin embargo, este hecho no se ha reflejado en los mercados financieros y de divisas. El origen de este problema viene de tiempos atrás, cuando el eje franco-alemán funcionaba mejor con el presidente François Miterrand y el canciller Helmut Kohl, quienes habían pactado que la sede del BCE estaría en Francfort y que su primer presidente sería francés. Muerto Miterrand, Kohl se ha olvidado de este pacto entre caballeros, poniendo en serio peligro el inicio del Euro. Pero ahora a estas alturas se puede afirmar que la UEM es irreversible y, como diríamos en Estadística, es un suceso seguro. También se nombró al resto de miembros del Consejo Ejecutivo del BCE, siendo el vicepresidente, Christian Noyer (francés) y a cuatro vocales, Eugenio Domingo (español), Omar Issing (alemán), Sirkka Hammulainen (finlandesa) y Fabrizio Saccomanni (italiano).

Además, el ECOFIN fijó los tipos de cambio bilaterales que regirán ya invariablemente entre las once monedas del euro, desde su fusión el 1 de enero de 1999 y hasta su desaparición física el 30 de junio de 2002. Por lo tanto, un marco valdrá el 1 de enero de 1999, 85,07 pesetas, un franco francés 25,36 pesetas, un franco belga-luxemburgués 4,12 pesetas, una peseta 1,2 escudos portugueses, una peseta 11,63 liras italianas. Lo que no se sabe todavía es la equivalencia euro-peseta, para lo que habrá que esperar hasta el 31-12-98.

El 1 de julio de este año entrará en funcionamiento el BCE, y el 1 de enero de 1999 la moneda de curso legal será el euro, aunque no circulará, como hemos dicho, hasta el 1 de enero del 2002. Por lo tanto a partir del año que viene podremos abrir cuentas corrientes en euros, tener tarjetas de crédito que funcionen en euros y emitir cheques, pagarés y letras de cambio en euros.

El 4 enero de enero de 1999 (primer día hábil) los bolsas de valores de los Euro- 11 cotizarán en euros.

La deuda pública se emitirá o se redenominará en euros a partir del 1 de enero de 1999, lo mismo que en el mercado de deuda privada.

Por lo tanto, si el mercado de capitales y el de deuda cotizan en euros, el valor liquidativo y patrimonio de los fondos de inversión y planes de pensiones, su valor cotizará en euros.

Del mismo modo, se podrán realizar operaciones de cambios de divisas en euros.

En cuanto a los préstamos, a tipo fijo, el tipo de interés se mantendrá y, para tipo variable, se pasará a un tipo de referencia equivalente en euros, el Euribor (Tipo de interés interbancario europeo formado por 58 entidades financieras del Euro-11 y 6 de la UE, en el caso español, por 4 bancos y la CECA). Este año es el último en que se comercializarán préstamos hipotecarios a tipo variable referidos al Mibor.

Habrá que esperar hasta el 2002 para tener en nuestros bolsillos billetes y monedas en euros. Las pesetas se irán canjeando por euros desde el 1 de enero hasta el 30 de junio del 2002 (aunque los comerciantes desearían que se recorte este período y en Bélgica se piensa realizar en 15 días). Nuestras cuentas bancarias en pesetas a partir del 1 de enero del 2002 se transformarán en euros.

Además, con la introducción del euro las condiciones de los contratos firmados en moneda nacional o en ECUs se mantienen según el principio de continuidad de los contratos, por el que ninguna parte unilateralmente puede rescindir un contrato a causa del cambio de la moneda. A partir de 1999 el ECU tendrá una relación de conversión con el euro de uno por uno, es decir, un ECU valdrá un euro.

Durante el período de transición, es decir, desde el 1 de enero de 1999 hasta el 1 de enero del 2002, al utilizarse indistintamente unidades nacionales y el euro, las personas que tengan que hacer un pago podrán optar por la moneda que prefieran según el principio  de no obligación, no prohibición.

Ventajas del euro:

Mercados más amplios
Financiero.
Comercial.
Estabilidad macroeconómica
Menor inflación.
Menores tipos de interés.
Mayor rigor presupuestario (tendente al equilibrio).
Reducción del stock de deuda pública.
Transparencia en precios y costes.
Moneda fuerte y estable.
Inversión en activos financieros de los países del Euro-ll sin prima de riesgo-país.
Eliminación de los costes cambiarios intracomunitarios y de cobertura de riesgo de cambio.
Moneda de reserva, refugio y referencia en las transacciones y en el comercio internacional.
Mayor seguridad para las exportaciones en los cobros y pagos.
Crecimiento económico estable y creación de empleo.
Fomento de ahorro y la inversión privados.

Inconvenientes del euro:

· Pérdida del tipo de cambio como instrumento de política monetaria de ajuste.
· Costes derivados del cambio de moneda (adaptar todas las máquinas que utilicen billetes y monedas como expendadores, cajas registradoras, cajeros automáticos, etcétera)
· Costes de adaptación para las empresas (doble contabilidad, doble facturación, doble etiquetaje, formación del personal, inversión en equipos informáticos para adaptarse al año 2000, etcétera.)
· Efectos psicológicos para las personas mayores.
· El control del déficit público limita la soberanía de la Hacienda pública.
· Shock o crisis asimétricas.
· El afloramiento del dinero negro.

(*) Colegiado n° 5.228   
(*) Miembro del COEV

 
 
 
 
 
 
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