El decano del COEV, Fernando Zárraga, durante su intervención  en el Foro sobre Valencia y la Nueva Economía. Le acompaña, de izquierda  a derecha, José Hernández, del Grupo Etra; Andrés Mondragón, de Plásticos Mondragón y  Juan Peiró, del Grupo Comytel.

En lo que se refiere a las perspectivas de la Nueva Economía, Zárraga apuntó que éstas son imprevisibles, pues hay repercusiones a largo plazo difíciles de valorar y que no dependen de la propia aplicación de las nuevas tecnologías. En las predicciones se mostró cauto, ya que, en su opinión, una de las asignaturas pendientes de la Nueva Economía puede que sean las estadísticas previsionales, "pues existe una gran disparidad de datos según la fuente que se maneje".
La innovación en la capacidad de procesos y almacenamiento, el descenso en el coste de la transmisión de la información y el aprendizaje de las personas implicadas en el proceso -lo que se conoce como gestión del conocimiento- fueron los tres elementos que, según Zárraga, han dado lugar a la revolución tecnológica. En este punto, al mismo tiempo que aludió a las ventajas de la economía digital en lo que a incremento de la productividad y reducción de costes se refiere, también destacó la aparición de nuevos costes, como los de búsqueda de información, acceso a nuevos proveedores o el de confianza del consumidor en la empresa.

Competitividad
La gestión del conocimiento y el valor de los recursos humanos dentro de la empresa fueron considerados por el responsable del Coev como la línea básica para mejorar la competitividad. Del mismo modo, apuntó a la Red como un instrumento para incrementar el rendimiento de negocios tradicionales, aunque no todas las empresas se ven afectadas de igual modo por las TIC. 

El decano del Coev concluyó su exposición con algunas de las exigencias de la Nueva Economía, entre las que destacó la readaptación técnica básica en la pyme y la creación de infraestructuras; políticas activas que puedan coordinar aspectos jurídicos, fiscales, financieros, educativos, sociales con las demandas que se generan en el nuevo entorno; la liberalización de los mercados; el desarrollo de la I+D, aspecto en el que España está algo retrasada; fomento del espíritu emprendedor; modificación en el sistema de tarifas y accesos a la Red; seguridad en las transacciones; cambios en el modelo de gestión empresarial e inversión en los recursos humanos y gestión del conocimiento. 

Del mismo modo aludió al papel de los poderes públicos en esta nueva coyuntura, que deberían acometer una modernización de la Administración, crear un marco competitivo adecuado para las empresas, infraestructuras donde no llega la inversión privada, así como sensibilizar y preparar el tejido social y económico y seguir de cerca su evolución. 

Tras esta intervención, Zárraga dio paso a los distintos ponentes de la sesión, entre los que se encontraban empresarios, tanto de compañías tradicionales como de telecomunicaciones, como es el caso de Juan Antonio Fernández Tellechea, de Iberdrola; José María Gil Suay, de Tecnodir; José Hernández, del Grupo Etra; Andrés Mondragón, de Plásticos Mondragón, y Juan Peiró, del Grupo Comytel. También estuvo presente el economista de UGT, Vicent Vendrell.

 Algunos de los panelistas aludieron al batacazo experimentado por las empresas .com, entre otras causas por el predominio que se ha dado a la tecnología sobre el negocio y al olvido de la economía real, que es la que realmente produce. Así lo señaló el representante de Iberdrola, Fernández Tellechea, que aludió a la percepción de alto riesgo que existe ante este tipo de negocios tras el fracaso de muchas iniciativas en la Red.
Por su parte, José Hernández, de Etra, también se refirió a la caída del mito, en el que la Nueva Economía sólo pertenece a las empresas nacidas al abrigo de Internet, así como a lo abstracto del término. "La Nueva Economía consiste en adaptar la vieja economía a los cambios de cada nueva era", matizó.