Número 235 - 2ª Quincena Noviembre de 2002.

 

El contenido de la Ley Financiera centra los debates del X Congreso del REA

El Príncipe Felipe de Borbón inauguró el congreso y la jornada
que cada año organiza el Col·legi d’Economistes de Catalunya


El Príncipe Felipe de Borbón y Grecia en un momento 
de su intervención en el acto de inauguración del X 
Congreso del REA, el pasado día 7 de noviembre.

Organizado conjuntamente por el Registro de Economistas Auditores (REA) y el Col.legi d’Economistes de Catalunya, se celebró en Barcelona durante los pasados 7 y 8 de noviembre el X Congreso del REA, coincidiendo con el vigésimo aniversario de su creación, y que tuvo como lema La transparencia de la información económica en el marco de la reforma de la Ley de Auditoría de Cuentas. El Príncipe Felipe estuvo presente en de una de las ponencias principales.

El acto de inauguración del X Congreso del REA, que coincidió con las jornadas que anualmente organiza el Col.legi d’Economistes de Catalunya, contó con la presencia del Príncipe Felipe de Borbón y Grecia quien pronunció unas palabras en las que destacó la importancia del proceso de internacionalización que estaba viviendo en los últimos años la economía española, animando a profundizar en él, y del papel desempeñado por el factor tecnológico y la innovación. Asimismo, habló del capital humano como del principal activo de la empresa y de la necesidad de crear un nuevo marco de relaciones que potencie la función social de ésta.

Acompañaban a Don Felipe, el presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, el presidente de la Diputación de Barcelona, Manuel Royes, el presidente del Consejo General de Colegios de Economistas de España, Fernando González-Moya, el presidente del REA, Jesús Betrián y el decano del Col.legi d’Economistes de Catalunya, Jordi Conejos.

La conferencia de inauguración Empresas y empresarios para el siglo XXI. Factores de competitividad, corrió a cargo del presidente del Banco de Sabadell, Josep Oliu, quien comenzó su intervención diciendo que los postulados y expectativas sobre los que se fundamentaba el optimismo que ha caracterizado los últimos años del siglo XX no se han cumplido, lo que ha provocado una crisis de confianza en las grandes corporaciones, instituciones y  fuentes de información. En su opinión, se está conformando un nuevo orden político y social, y en este nuevo orden los elementos que caracterizarán una trayectoria empresarial de éxito serán una estrategia competitiva, una gestión profesional y una cultura corporativa  adecuada a la realidad temporal.

Un aspecto del acto de inauguración del X Congreso de Auditoría, organizado conjuntamente por el 
Registro de Economistas Auditores y el Col·legi de Economistes de Catalunya.

La sesión de trabajo que se celebró a continuación, La transparencia de la información económica de las empresas y la auditoría de cuentas, contó con la presencia del Príncipe, causando cierta sorpresa entre los asistentes al ser un tema propio de especialistas en la materia. Este gesto del Príncipe fue muy apreciado por los economistas auditores, en un momento en que los recientes escándalos financieros y la crisis de credibilidad en los analistas financieros y en los auditores como agentes intervinientes, están en permanente actualidad, aunque todos coincidieron en la injusticia de cuestionarse todo el sistema por haberse producido un pequeño porcentaje de fracasos, sin negar la responsabilidad de aquellos que habían contribuido a ello.

Los excesos de la nueva economía, la exuberancia bursátil, la búsqueda de grandes beneficios a corto plazo por los nuevos capitalistas – fondos de pensiones, fondos de inversión, etcétera- y los sistemas de retribución de algunos directivos, han hecho que se cuestione el capitalismo liberal. En este contexto es necesario generar normas de comportamiento que eviten el fracaso del nuevo gobierno corporativo que ahora cotiza al alza.

La armonización de las normas contables a nivel internacional, las normas de buen gobierno y la transparencia de la información a la que deben contribuir analistas financieros, consejeros y auditores, son imprescindibles para la restauración del clima de confianza.

El Príncipe Felipe de Borbón se mostró muy interesado en estar presente en el desarrollo de los debates 
posteriores a su intervención. En la foto, a la derecha del Príncipe, Jesús Betrián, presidente del Registro de Economistas 
Auditores y Fernando González-Moya, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas de España, y a su 
izquierda Jordi Conejos, decano del Col·legi de Economistes de Catalunya.

Los ponentes coincidieron asimismo en el peligro de la euforia normativa que ahora se vive y que puede traer como consecuencia una sobreregulación que encorsete el sistema.

La sesión de trabajo Value-Reporting: medición e información sobre creación de valor en la empresa contó, además, con la exposición de experiencias llevadas a cabo por empresas privadas y públicas para crear el valor y obtener parámetros de medición.

En opinión de los ponentes, la información corporativa que hoy proporciona el mercado es insuficiente y deben encontrarse fórmulas que incrementen la transparencia. La meta debe ser optimizar el valor para los accionistas de manera sostenible, en un entorno de cambio continuo.

Los inversores reclaman información más amplia que la que se les ofrece tradicionalmente, una información a largo plazo que contenga aspectos estratégicos en la que la labor del auditor puede ser importante en este reto de aproximar su trabajo profesional a las necesidades de los usuarios de la información y contribuir a la creación de valor que reclaman los mercados.

La primera jornada se cerró con la conferencia Empresa y sociedad de la información, pronunciada por el catedrático de organización de empresas de la  Universidad de Zaragoza, Vicente Salas. En su exposición, Salas  analizó los elementos que han contribuido al crecimiento de la productividad en los últimos años, las TIC, el capital humano, la nueva organización del trabajo y la capacidad de innovación. En España, el crecimiento se debería a los recursos de capital y trabajo. Ha habido una escasa implantación de las TIC, I+D y nuevas prácticas de organización del trabajo, y esto podría afectar a nuestro crecimiento a largo plazo.

De izquierda a derecha, José Luis López Combarros, presidente del ICAC, Fernando González-Moya, presidente 
del Consejo General de Colegios de Economistas de España, Jesús Betrián, presidente del REA y Joan Amat, 
presidente del Comité Gestor de la sección REA Catalunya.

La reforma de la Ley de Auditoría ocupó la segunda jornada del congreso. En distintas sesiones de trabajo se analizaron detalladamente los temas que en estos momentos preocupan a los economistas auditores, como el régimen sancionador, el control de calidad, la formación continua, el acceso al ROAC y la independencia.
Aunque el texto conocido de la Ley Financiera puede considerarse prácticamente  definitivo, no está aprobado, por lo que muchas de las dudas y cuestiones planteadas en el debate tendrán que esperar al reglamento para resolverse. En todo caso, la necesidad de una nueva Ley de Auditoría que aborde de un modo integral todos los cambios que desde su aprobación se han producido e incluso reivindicaciones y problemas no resueltos hasta el momento, es algo demandado por todas las partes.

Jesús Betrián, presidente del REA, dijo que se había legislado de manera “sobreexcitada” y recomendó tranquilidad, ya que la Ley hay que cumplirla y empezar a trabajar para modificarla: “hay enmiendas propuestas por el REA que trataremos que sean incorporadas en una nueva Ley de Auditoría”, comentó al final de su intervención.
José Luis López Combarros, presidente del ICAC, también manifestó que ésta era una reforma parcial que se continuaría, pero que la piedra angular seguiría siendo la calidad porque cuando alguien pone en riesgo la credibilidad del colectivo con su actuación profesional, perjudica a todos. Hay tres reformas contenidas en la Ley que, en su opinión, considera imprescindibles para conseguir la mejora de la calidad: un examen unificado y más exigente, una formación continuada obligatoria y un riguroso control de calidad. Para conseguir este último objetivo, el ICAC, dijo, necesita del concurso de las corporaciones “porque sin ellas va a ser imposible de conseguir”.

López Combarros comentó a los asistentes que había algunas reformas contenidas en la Ley Financiera sobre las que había recibido críticas que no aceptaba, pero que sin embargo sí había otras que consideraba razonables: algunos aspectos del régimen sancionador, la posibilidad de que las corporaciones hubieran participado más en la reforma, las tasas..., y reivindicó aquellas reformas positivas de la Ley sobre las que nadie había dicho nada, como la limitación de la responsabilidad de los auditores o la creación de los comités de auditoría, entre otras.