Número 248
- 1ª Quincena Junio de 2003.
La Escuela de Economía organiza una Sesión de Trabajo para sensibilizar a las entidades financieras españolas a converger en Basilea II
El documento del nuevo
acuerdo de capital Basilea II, publicado el pasado 29 de abril es, de momento,
de carácter
consultivo y entrará
en vigor a finales de 2006
La Escuela de Economía del COEV organizó el pasado 7 de mayo una Sesión de Trabajo, especialmente dirigida a aquellos economistas que desarrollan su actividad en el ámbito de las entidades financieras o tienen alguna responsabilidad en el control y gestión del riesgo, para analizar el documento que será la base del nuevo acuerdo de capital, conocido como Basilea II, cuya entrada en vigor tendrá lugar a finales de 2006. Las ponencias estuvieron a cargo de José María Nus, director general de Banesto, quien impartió una conferencia titulada Historia, visión y objetivos y José María Fominaya, director de Riesgo Global de la misma entidad, quien se centró en la experiencia de Banesto en su conferencia Alcance y limitaciones de la aplicación práctica. Ambos estuvieron de acuerdo en afirmar la importancia que tiene para las entidades financieras españolas entrar en Basilea II para garantizar la modernización gerencial en la banca española.
De izquierda a derecha, José María Nus, director general de Banesto, Alfonso Salvador, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Economistas y José María Fominaya, director de Riesgo Global de Banesto, en un momento de la Sesión de Trabajo Un modelo de aproximación a Basilea II. |
Como recordó Alfonso Salvador, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio y encargado de abrir la jornada, es la segunda vez que la Escuela de Economía aborda en una Sesión de Trabajo los contenidos de este nuevo acuerdo. En la primera ocasión se contó con la presencia de Juan Serrano García, inspector de entidades de crédito del Banco de España, y en ésta se ha querido dar un paso más y conocer de la mano de una de las principales entidades financieras de este país, cómo se está llevando a cabo el proceso de adaptación a Basilea II.
Antes de que tomara la palabra el primer ponente, Alfonso Salvador, quiso presentar la jornada dando a los asistentes unas breves pinceladas acerca de este nuevo documento: "Como ustedes conocen, hace pocos días se publicó el documento consultivo que será la base del nuevo acuerdo de capital Basilea II cuya entrada en vigor tendrá lugar a finales del 2006. Este documento recoge las líneas principales para la determinación de capital, el marco de supervisión y los requerimientos de transparencia informativa e introduce modificaciones técnicas y novedades que cubren las principales carencias detectadas en el sector. Aún así, parece que las exigencias recogidas en Basilea II no van a ser fáciles de asumir por la mayoría de las entidades financieras de este país por lo que muchas de ellas ya están desarrollando sus propios modelos de adaptación".
Para finalizar, Alfonso Salvador agradeció a los asistentes su presencia y, de manera especial, a los ponentes por haber aceptado la invitación que desde la Escuela de Economía se les hizo para participar en esta sesión.
Período de preparación
El director general de Banesto,
José María Nus, trasladó a los asistentes una visión
sintética de los beneficios que traerá a las entidades financieras
converger con Basilea II: "Este acuerdo propone a la empresa bancaria la
sustitución del actual enfoque de gestión de capital. Una
nueva propuesta de gestión escalar que puede llevarnos a la utilización
de modelos internos de medición. Esta propuesta escalar significa
que, en su nivel más bajo, Basilea II recomienda la implantación
de un modelo estándar de medición de riesgo que se parece
mucho a las propuestas de Basilea I y, en su nivel superior, permite la
utilización de modelos de medición interna. Dependiendo de
la capacidad de cada entidad bancaria para desarrollar o disponer de un
modelo de información relevante sobre la severidad se sugiere la
utilización de un modelo IRB básico, en el caso que no se
tenga información sobre la severidad, o avanzado en el caso de que
sí la posea".
Y continuó: "La puesta en marcha de Basilea II, cuyo texto definitivo todavía no ha sido aprobado, pues lo que se publicó el pasado 29 de abril sólo fue un documento consultivo, se producirá a finales de 2006. Este largo período de preparación es importante, puesto que estamos hablando de un asunto que afecta al capital y, por tanto, al sistema financiero mundial en aspectos como la solvencia, la fortaleza y la calidad del sistema. Además es un asunto complejo desde el punto de vista de la utilización de modelos internos de medición, tanto por su construcción como por su posterior proceso de homologación".
En cuanto a la situación de la banca española para enfrentarse a este reto, José María Nus opinó que ésta es muy buena: "Las estructuras de gestión de riesgo de las que hoy en día dispone el sector bancario son suficientemente confortables para gestionar los niveles de riesgo que están asumiendo las entidades financieras españolas. Otra ventaja es que, en un enfoque a medio plazo, no tienen por qué aparecer grandes factores perturbadores".
"Creo que existe un mercado que no tiene dificultades de gestión, con unas entidades que en su mayoría utilizan métodos de medición de riesgos muy avanzados y de simulación de estrés. Con una estructura organizativa donde la función de riesgo es independiente del resto de las funciones del banco. A ello se suma que la supervisión bancaria funciona muy bien, pues el Banco de España practica una política ortodoxa y esto no hace más que añadir factores de estabilidad muy eficientes".
Apuntó también algunas dificultades en este proceso de implantación, como por ejemplo, su alto coste: "Los departamentos dedicados a esta labor resultan muy caros si tenemos en cuenta que dedican gran cantidad de recursos: economistas, ingenieros, consultores externos, etcétera, a una labor cuyos frutos se verán en el año 2006". Debido a esto muchos bancos orillan el asunto en favor de preocupaciones más cotidianas.
A continuación expuso los tres pilares de Basilea II: "El primero está enfocado a los sistemas de medición de riesgos, tanto de crédito como de mercado y operacional. El segundo hace referencia a la interacción discrecional de la autoridad monetaria y el tercero a la llamada disciplina de mercado. Se cierra así un ciclo virtuoso basado en la capacidad de las entidades bancarias para gestionar su estructura de capital, en la intervención de la autoridad monetaria cuando haga falta y en la acción del mercado de capital, básica porque estamos en una economía de mercado. Una aportación nueva de Basilea II es que el elemento regulador final sería el pilar tres, es decir, el precio de las acciones y no la autoridad monetaria".
Por último, el director
general de Banesto cerró su intervención afirmando que es
partidario de Basilea II, como lo fue en su día de Basilea I, "porque
favorece un proceso de modernización gerencial de la banca española
y concretamente de la gestión de riesgos y, por otra parte, aquellos
bancos que lo lleven a cabo obtendrán ventajas competitivas para
su desarrollo. En definitiva, todos los que gestionamos riesgo tenemos
que estar a favor de Basilea II".
José María
Nus, director general de Banesto, en un momento de su intervención
en la Sesión de Trabajo, Un modelo de Aproximación a Basilea
II. José María Fominaya, director de Riesgo Global de Banesto, en la Sesión de Trabajo de la que fue uno de los ponentes. |
Tomar la decisión
En una conferencia eminentemente
práctica, José María Fominaya, director de Riesgo
Global de Banesto, expuso la experiencia de Banesto en el proceso de adaptación
del nuevo acuerdo y con ejemplos fue describiendo los avances conseguidos
tanto con Basilea I y II y sus respectivos aspectos positivos y negativos:
"Por ejemplo, el Basilea I estableció unos estándares mínimos
de solvencia y extendió a más de cien países las buenas
prácticas bancarias, creando una situación competitiva homogeneizada
y de fácil aplicación. Sin embargo, con Basilea II, de aplicación
más complicada, aparece por primera vez la percepción del
riesgo. Esto es un cambio drástico".
Pero si hay que destacar una idea fundamental de su conferencia, ésta es, sin duda, la actitud que debe tomar el equipo directivo en este asunto: "Es difícil que la alta dirección se sensibilice con proyectos a largo plazo. Lo fácil es pensar que existe mucho tiempo y preocuparse de cuestiones aparentemente más importantes pero, es importantísimo que el equipo directivo tome conciencia de entrar en Basilea II".
El encuentro fue una ocasión ideal para reflexionar sobre las experiencias aportadas por los ponentes y su percepción sobre el alcance de Basilea II.
En este sentido, la conclusión es que resulta oportuno y beneficioso optimizar las herramientas que permitan una evaluación del riesgo y su posterior seguimiento y control y que conviene homogeneizar los modelos de clasificación interna para tomar decisiones.
El nuevo acuerdo plantea como objetivos básicos la promoción de un sistema financiero saneado y competitivo, y un tratamiento diferenciado y más sensible de los riesgos.
Además, los principios establecidos por Basilea II deberán ser trasladados a la normativa de muchos países y afectarán de modo diferente a sus sistemas financieros.
De hecho, las principales
entidades financieras ya han desarrollado distintos modelos para su adaptación
a los requerimientos exigidos por los acuerdos Basilea II.
El acuerdo de capital de
1988 constituyó uno de los avances más importantes del Comité
de Basilea de supervisión bancaria que ha contribuido de manera
especial a la estabilidad financiera y la solvencia de las entidades de
crédito. A pesar de ello, el paso del tiempo hacía evidente
la necesidad de una reforma ya que la simplicidad de sus requerimientos
omitía cualquier sensibilidad al riesgo y dejó de lado las
posibilidades de arbitraje regulatorio.
|