En la técnica
de la dirección empresarial no existen fórmulas ni recetas
mágicas, sino un buen producto (o servicio), con la calidad deseada
por el mercado, con un precio adecuado, una dosis de suerte y sobre todo
mucho, mucho trabajo. No hay nada que garantice el éxito en la gestión,
sin embargo una correcta planificación de dicha gestión es
el primer paso para lograr el triunfo. El contenido de este artículo
fue expuesto en el curso El plan de gestión del año 2000
de
la Escuela de Economía e impartido por Salvador Vercher Bellver,
economista consultor de empresas.
Planificar no consiste en
intentar adivinar el futuro, sino en realizar un profundo estudio del entorno
en el que operamos, de nuestras fortalezas y debilidades con respecto a
dicho entorno y establecer una serie de objetivos y acciones encaminadas
a su consecución, que permitan por un lado maximizar el logro de
las metas propuestas por la empresa y por otro minimizar los riesgos y
la incertidumbre provocada por dicho entorno turbulento.
Partiendo de un Plan estratégico
a largo plazo (tres a cinco años) que marcará el camino hacia
el que la empresa pretende dirigirse, se elaborará un Plan de Gestión
anual que contendrá de una forma mucho más detallada, los
objetivos económicos y cualitativos que se pretenden alcanzar, los
recursos necesarios para ello, cómo van a ser financiados y los
resultados que se esperan, así como el efecto que todo esto provocará
en la situación patrimonial y económico-financiera de la
empresa. La planificación estratégica sirve además
para integrar a todas las áreas de la empresa en la gestión
activa de la misma, participando en el establecimiento, cuantificación
y posterior seguimiento y control de todas aquellas variables necesarias
para una correcta gestión. Así pues, los presupuestos (Cuentas
de resultados, Tesorería, Balances Previsionales, Plan de inversiones,
Plan de financiación, etc.), están marcando tanto los objetivos
de ventas, margen y resultados, como los medios a utilizar por las distintas
áreas para conseguirlos, a través de las inversiones, compras,
nivel de existencias, costes, etc. De ésta forma, el Plan de Gestión
se convierte en una guía imprescindible para los responsables de
las áreas funcionales de la empresa, puesto que facilita en gran
medida la toma de decisiones con respecto a los objetivos a conseguir.
Al propio tiempo, es absolutamente
necesario el seguimiento y control de los estados financieros reales con
objeto de poder analizar las diferencias entre las previsiones y los resultados
y así basar la toma de decisiones en una información adecuada.
Inicio del proceso de
elaboración del Plan de Gestión
La mejor forma de afrontar
la elaboración del Plan de Gestión es una buena preparación,
la cual pasa por disponer de una buena información y su análisis
relativo a: el entorno en el que la empresa opera, su situación
respecto al mismo y la evolución prevista, el ámbito interno
(productos/servicios, procesos, recursos humanos, calidad, nivel tecnológico,
etc.), la estrategia general de la empresa, sus objetivos y las políticas
que se desarrollan para lograr su consecución (comercial, marketing,
fabricación, inversiones, financiación, etc.
El objetivo perseguido es
la creación de una herramienta que permita cuantificar cada una
de las fases del proceso de elaboración del Plan de Gestión
(Planificación, Seguimiento y Control), las cuales a su vez son
el resultado de la combinación de las distintas políticas
mencionadas. Dicha cuantificación dará lugar a unos estados
financieros previsionales en la primera fase y reales después, que
nos permitan extraer una serie de conclusiones que nos llevarán
a alterar en mayor o menor medida las políticas iniciales si los
resultados esperados no son convincentes.
Intentamos adelantarnos en
el tiempo, para poder así minimizar los riesgos y maximizar el resultado
de la empresa. De esta forma, a través del Modelo de Previsión
podremos realizar las simulaciones necesarias, cambiando determinadas políticas
de actuación y viendo su impacto en la evolución de los estados
financieros.
Los responsables de las distintas
áreas de gestión de la empresa (Comercial, Aprovisionamiento,
Producción, Económica-Financiera, Recursos Humanos, Servicios
Generales, etc.), deberán participar activamente en el proceso de
Planificación, liderados y coordinados por la Dirección de
la empresa. El papel del economista en éste proceso es fundamental:
el responsable Económico-Financiero no debe limitarse a que la contabilidad
sea reflejo de los distintos documentos que reflejan hechos económico-financieros,
sino que, además, debe asegurar que el control interno es eficaz,
verificando y garantizando que se cumplen sus normas. Ello implica, más
allá del reflejo de los documentos, el garantizar que los mismos
son correctos. En definitiva, se trata de que el economista asuma, cada
vez más, los roles de planificador, estratega, profundo conocedor
de la empresa y del entorno en que ésta se mueve, además
de por supuesto, gestor económico-financiero.
La fase de planificación
suele realizarse antes del final del ejercicio económico (dos o
tres meses antes), con la finalidad de que los responsables de cada área
de gestión conozcan los objetivos a lograr desde el primer día.
Esto supone tener que realizar la planificación del próximo
año sin contar con los resultados del ejercicio actual, ya que las
cuentas del mismo no se han cerrado todavía. Para posibilitar la
planificación tendremos que realizar una previsión de los
mismos, por ejemplo proyectando los resultados del último mes cerrado
hasta final del ejercicio en curso. Una vez se cierre el año (en
Enero, si el ejercicio coincide con el año natural) podremos actualizar
en nuestro modelo los datos proyectados para contar con un Balance y Cuenta
de resultados actualizados al inicio del nuevo ejercicio.
Políticas a desarrollar
Partiendo del Balance y
Cuenta de Resultados previsto al cierre del ejercicio en curso (proporcionado
por el área económico-financiera), y que constituye el punto
de partida para el próximo año, los distintos responsables
tendrán que desarrollar sus políticas y estrategias definiendo
los objetivos a conseguir. (Figura 1) Fruto de éste esfuerzo de
planificación, cada una de las áreas de gestión de
la empresa obtendrán una serie de datos y parámetros que
servirán para alimentar nuestro modelo y así desarrollar
todo el proceso del Plan de Gestión.
AREA |
DATOS (mensuales) |
COMERCIAL |
- Ventas
- % Margen s/Ventas
- Plazo Medio Almacén
P.T.
- Costes Comercialización
- Cargas de Estructura del
área
- Plan de Inversiones del
área |
APROVISIONAMIENTO |
- Plazo Medio Almacén
M.P.
- Cargas de Estructura del
área
- Plan de Inversiones del
área |
PRODUCCION |
- Costes Producción
(MP,MOD,Amortizaciones,Consumos energía, costes externos, etc.
- Cargas de Estructura del
área
- Plazo Medio de Fabricación
- Plan de Inversiones del
área |
RECURSOS HUMANOS |
- Datos relativos al coste
de personal (se facilitarán al resto de responsables de cada
una de las áreas)
- Cargas de Estructura del
área
- Plan de Inversiones del
área |
ECONOMICO-FINANCIERA |
- Cargas de Estructura del
área
- Plan de Inversiones del
área
- %'s IVA (Ventas, Compras,
Gastos, Inversiones)
- Estructura de los Plazos
de Cobro y Pago (proveedores y acreedores) |
SERVICIOS GENERALES |
- Costes Indirectos de Fabricación
- Cargas de Estructura del
área
- Plan de Inversiones del
área |
DIRECCION |
- Cargas de Estructura del
área
- Plan de Inversiones del
área |
Durante el desarrollo del
Plan de Gestión, aparecerán las necesidades de financiación
o de inversión (en su caso) de la empresa para poder llevar a cabo
las políticas definidas y lograr los objetivos propuestos, que se
traducirán en la elaboración de un Plan de Financiación
para el ejercicio. Dicho plan cubrirá las necesidades de fondos
para las operaciones de cada área así como las inversiones
a realizar contempladas en el presupuesto de inversiones, por lo que el
mismo deberá complementarse con el presupuesto de amortización
de cada una de ellas.
Una de las premisas básicas
a la hora de realizar una adecuada planificación es la de evitar
que se produzcan desequilibrios financieros que podrían perjudicar
el normal desarrollo de la actividad de la empresa. Para ello realizaremos
el cálculo del capital circulante necesario (figura 3) que determinará
las necesidades operativas de fondos, que garanticen el equilibrio financiero.
Además, habrá que desarrollar un presupuesto de tesorería
(cash-flow) que nos permitirá ir viendo las necesidades de liquidez
mes a mes, para poder así optimizar los recursos financieros de
la empresa durante el transcurso del ejercicio.
Capital Circulante
Necesario
Activo Circul. Necesario – Pasivo Circul. Necesario
- Capital Circulante Real
Recursos Permanentes Reales – Activo Fijo Real
= Necesidad (exceso) de Cap.
Circulante C.N. + Activo Fijo Real – Recursos
P.Reales
El Modelo Económico
Tras la determinación
del Capital circulante necesario, el presupuesto de inversiones y sus amortizaciones
y el plan de financiación, estamos en disposición de realizar
los presupuestos de ingresos y gastos que culminarán en los Resultados
Previsionales para el próximo ejercicio.
La primera tarea será
definir el modelo económico que vamos a utilizar (figura 4), estableciéndolo
de acuerdo a un criterio funcional que nos permita asignar responsabilidades
y valorar el grado de consecución de los objetivos marcados por
cada responsable de área en sus presupuestos de operaciones.
Normalmente dicho modelo
estará basado en una cuenta de pérdidas y ganancias analítica
que variará en función de las características propias
de la empresa y de su naturaleza de actividad (industrial ó comercial):
Si bien no vamos a entrar
a desarrollar cada una de las partidas del modelo puesto que ello sería
objeto de otro artículo, sí nos detendremos en una de ellas
por su importancia y su efecto en la determinación de los resultados.
La importancia de las
Cargas de Estructura y Financieras
Las Cargas de Estructura
son aquellos costes no imputables a los productos, es decir, que no intervienen
directamente en la fabricación o comercialización de los
mismos.
Cualquier intento de reparto
entre los productos introduciría criterios subjetivos y arbitrarios
de imputación y además alteraría el margen entre períodos,
motivado por dos efectos: el producido por el volumen de gastos de estructura
por un lado y por el volumen de producción alcanzado en dicho período
por otro.
Las cargas de estructura,
constituyen Costes del Período y no de la Actividad normal
de la empresa, no formando parte, por tanto, de la valoración de
los Stocks.
En las empresas industriales
se suele incluir el Coste de Subactividad, que representa el coste
fijo no absorbido por la capacidad productiva de la empresa, y que previamente
se habrá determinado y cuantificado, a través de la valoración
de los tiempos de paro de las actividades productivas (coste de paro de
MOD y coste de paro de las instalaciones productivas). Si imputáramos
dichos costes a los productos estaríamos alterando su coste de fabricación,
en función de los niveles de actividad.
Las Cargas Financieras
son costes vinculados a la estructura financiera de la empresa y por tanto
tampoco están relacionados con los procesos de fabricación
o comercialización de los productos. Así pues, no entrarán
dentro de la valoración de las existencias y son costes del período.
Ninguna cuenta de gastos
e ingresos deberá quedar excluida del modelo económico definido.
Los Resultados Previsionales
El fruto del proceso de
elaboración del Plan de Gestión, desarrollado para los distintos
períodos (meses) que comprenden el ejercicio económico, serán
los resultados previsionales, conformados por el Balance y la Cuenta de
Pérdidas y Ganancias del ejercicio.
Una vez construido, el modelo
nos permitirá realizar distintas simulaciones para poder valorar
y medir el impacto en los resultados de distintas políticas de gestión,
facilitando así la toma de decisiones.
Conclusiones
Mucha gente piensa que los
presupuestos no sirven de mucho porque nunca se cumplen y siempre
hay desviaciones. Efectivamente, siempre se producen desviaciones, pero
ahí precisamente es donde estriba la utilidad del Plan de Gestión,
en que nos hace ver en dónde nos estamos desviando y por qué.
De nada sirven unos presupuestos que se van modificando en función
de los datos reales que se van obteniendo, con el objetivo de que al final
del año no haya desviaciones. Sería un absurdo.
Además, es preferible
quedarnos a las puertas de alcanzar los objetivos, que tomar decisiones
sin una información fiable y rigurosa.
Colegiada
nº.6.137